Siempre me habían dicho que no escupiera al cielo porque en la cara me caería. No me da pena alguna escribir y aceptar que hoy me he bañado en mi propia saliva.
Desde que David Bisbal saltó a la escena pública, en 2002 con su "Ave María", su música no había llamado tanto mi atención como ahora. Debo reconocer que, aparte de que sus canciones no me iban, no podía con su imagen física. Es una historia que ya no contaré porque dejó de ser tema de conversación. Su importancia la ha perdido.
Fue en la semana pasada cuando, navegando por internet, me di cuenta que Bisbal grabó un tema con Espinoza Paz, este joven compositor de música regional mexicana que ha logrado colar sus letras en discos de artistas como Thalía, además de tener un buen archivo de canciones grabado por varias bandas gruperas.
Una de ellas es la de "24 Horas", que ha hecho que mi iPod reproduzca un tema de David. La gente que me conoce sabe que una de mis pasiones es la música, en especial, el género pop, y me gusta ser testigo de cómo este fenómeno evoluciona con el paso del tiempo, y mira que he visto demasiados cambios en dos décadas. Me permito escuchar cada propuesta, y si es buena, bajo mi consideración, dejo maravillarme, cantar, bailar y emocionarme a su son.
La razón por la que busqué el tema es que "24 Horas" es autoría de Espinoza Paz, y su trabajo, hasta ahora, me ha gustado, me ha dolido, lo he vivido y lo tomo como garantía de éxito en la música. Vean a Thalía y "El Próximo Viernes"; Cuisillos y "Mil Heridas"; La Arrolladora Banda El Limón con "Sobre Mis Pies" y "Más Adelante"; Jenni Rivera y su gran éxito "Inolvidable" o el fallecido Sergio Vega, que le grabó "Necesito Dueña" y "Mi Buen Amante". Todos ellos llegaron a la cúspide de las listas de popularidad con esas canciones y deseo que así le vaya a Bisbal con su nuevo sencillo.
"24 Horas", corte que se desprende del cuarto disco de estudio del español, "Sin Mirar Atrás" (2009), es una súplica de amor con letra sincera, directa, de entrega, con alto grado de sensibilidad y sin reservas, envuenta en una melodía coqueta con un toque de complicidad.
Aunque entre sus palabras hay un ser arrepentido y hundido en una considerable tristeza, su música te mueve y te roba una sonrisa. Puedo asegurar que a esa persona que tiene miedo a un rechazo le inyecta una dosis de valor para ir en busca de un eterno "Sí". Eso en su versión pop, porque ya sabes que la mercadotecnia es grande y ambiciosa y el mexicano todo lo convierte en duranguense, así que hay balada y versión banda.
Bien empapado por culpa de mis prejuicios, recomiendo que escuches el tema. Juré que nunca me gustaría cualquier cosa cantada por David Bisbal, pero heme aquí, en mi "cama", escribiendo este post mientras escucho una y otra vez su canción.