Día 12

Recuerdo a mamá diciendo que el amor es una pendejada. Nótese, lo gritaba cuando su hija se había ido de la casa.
En ese momento defendí a mi hermana y le dije a mamá que en el corazón no se manda, que ella había decidido, que estaba construyendo su destino.
¡Claro!, pero como un "pendejo mocoso" de 16 años, que ve novelas y ama el cine, podía tener la razón ante la madre protectora, sabionda, con gran trayecto en este camino que se llama vida.
Yo creo en el amor. Me gusta creer en él. No puede ser tan malo, no puede ser nocivo, peligroso, injusto, fastidioso, doliente, defectuoso, difícil, costoso, canalla, indispuesto, inservible, inquieto, desobediente, laborioso, latoso.
Tal vez y a mis veintitrés no he entendido las "sabias" palabras de mi madre, pero me gusta creer en que se puede modificar, que la gente puede luchar por lo que quiere, que le gusta amar y sentir el cariño de otra persona. No puede ser tan malo. No se puede vivir tan mal. Sigo creyendo en que juntos lo podemos lograr.
> Nótese, ya no veo novelas, pero dicen que el cine me está dañando.