Quise guardar para este día el mejor de los regalos que me hizo 2010: Mi hermano. Todos los que me conocen saben la razón de mi alegría. Fueron cinco años de silencio, cinco años con ganas de compartirle mis travesuras, mis inquietudes y mis anhelos y desde hace un año puedo hacerlo.
Ahora hay sonrisas, hay miradas de complicidad, hay mensajes, hay saludos, abrazos, apoyo y cariño. Es mi hermano y lo amo. Soy su hermano y me acepta como soy, me apoya, me defiende y también me ama. Gracias Dios, gracias vida, gracias 2010 por reencontrarnos.
Hoy es su cumpleaños y es de ensueño compartir con él su día.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS, HERMANO!
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