febrero 08, 2010

Hermano

Hoy he vivido uno de esos momentos en los que nunca pensé ni añoré. Me siento bendecido y es tanta la alegría que siente mi corazón que no puedo explicarlo.

Hace un par de semanas, en un domingo de descanso, me encontré con una carta que llenó mi alma. En ella hay palabras sinceras escritas con un corazón triste, arrepentido, con muchas ganas de enmendarse, de poder rescatar el tiempo y empezar de nuevo.

Después de cinco años de silencio, hoy pude hablar con mi hermano y pude decirle lo mucho que lo quiero y lo bien que me hizo leer su carta. Hoy pude decirle que no soy malo, que no he matado a nadie, que soy, con todos los defectos, con muchas virtudes, con un corazón que es feliz con un hombre en él.

Hoy pude escuchar que me quiere, que me apoya, que soy su hermano y que no tiene nada que reclamarme. Hoy no me importa su lejanía, hoy me alegra su regreso, su abrazo, su mano en mi espalda mientras caminábamos y escuchaba mi historia.

Te quiero, hermano.