enero 30, 2011

Gracias por enseñarnos a amar

Hoy es un domingo lleno de nostalgia para todo fan de Para Volver a Amar, telenovela de Televisa que llega esta noche a su desenlace luego de brindarnos durante un poco más de seis meses una historia real, una historia madura, una historia adulta con grandes actores y nuevas grandes promesas de la televisión mexicana.



Esta gran producción de Roberto Gómez Fernández (Locura de Amor (2000), Alma de Hierro (2008)) y Giselle González nos atrapó desde su primer capítulo al mostrar el otro lado de la tan conocida, mencionada, leída y anhelada frase "... Y vivieron felices para siempre", con la que la mayoría de las historias de amor llegan a su final.

Bajo esta premisa, Para Volver a Amar nos mostró la vida de seis parejas que se unieron en santo matrimonio con la también soñada ilusión de una relación duradera y llena de prosperidad y felicidad, sin embargo, durante el intento llegaron a desvariar, a enfrentarse entre ellas como las personas reales que son.

Así, Maite (Sophie Alexander) desmoronó lentamente su matrimonio con Jorge (Mark Tacher) por culpa de un ascenso laboral. Bárbara (Alejandra Barros) sufrió los fantasmas, miedos, golpes y el alcoholismo de Jaime (Juan Carlos Barreto), un hombre que vivió, aun casado, bajo las faldas de su madre, la resentida doña Conchita (Magda Guzmán).


Yorley (África Zavala), una joven trabajadora vio la transición de su príncipe azul en un ser machista, "baquetón" y sin aspiraciones (Flavio Medina). Rosaura (Zaide Silvia Gutiérrez), una mujer de costumbres y principios antiquísimos, se olvidó de ella para entregarse en cuerpo y alma al infiel de Rolando (Jesús Ochoa), su esposo y padre de sus hijos César (Guillermo Avilán) y Jenny (Danny Perea).


Valeria (Nailea Norvind) sacrificó su propia identidad para el bienestar de su madre y su hijo Sebastián (Alfonso Dosal) y entregó su vida y toda juventud a Braulio (Alejandro Camacho), un magnate del gremio inmobiliario que consiguió una vida perfecta con dinero, chantajes e hipocresías. Y, por último, Antonia (Rebecca Jones), una mujer con un esposo (René Strickler) y una hija (Thelma Madrigal) envidiables que vio tambalear el bienestar de su familia al guardar silencio sobre el cáncer que le aquejó con tal de no lastimar a los suyos.


Estas seis mujeres se encontraron en el camino para brindarse apoyo, consuelo, consejos mientras buscaban la felicidad y un nuevo comenzar. Juntas se dieron cuenta que para que las amaran como todo ser merece, primero se debían de amar y respetar para así poder exigir un trato digno, una caricia sincera, un tierno beso y un amor completo. Todas ellas enfrentaron su realidad para lograr la felicidad y tener otra oportunidad para volver a amar.

Como telespectador, agradezco a Televisa que ceda espacios a proyectos tan dignos como éste. Como ya lo escribió el crítico y analista Álvaro Cueva, Para Volver a Amar es una de las telenovelas más importantes de los últimos tiempos. Está bien hecha, está bien dirigida, está bien actuada. Cada línea dicha tuvo la intención necesaria. Cada movimiento hecho estuvo bien marcado. Todo sentimiento deseado fue perfectamente transmitido. Una gran joya, de verdad.     

Como seguidor de esta telenovela, no me resta nada más que agradecer a TODA la producción de este grandioso proyecto el enorme regalo que me dio de lunes a viernes, durante seis meses, en dosis de 60 minutos: una historia tan real con la que llegué a identificarme, una historia que movió todas mis ideas, que me hizo reír, llorar, enojarme, gritar, patalear y mentar madres. Una historia con la que acepté que uno, como hijo, en ocasiones es muy ingrato; como pareja, muy egoísta, y como persona, muy desidiosa.

Gracias.

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